jueves, 6 de septiembre de 2012

La cosecha


Después de más de un año de atenciones cosecho lo que para la mayoría supone el premio a la labor realizada; la miel (sobretodo para los que no entienden la apicultura como afición). Pero sin duda el premio lo tengo cada vez que me acerco al colmenar; disfrutando del entorno, observando las pecoreadoras entrar y salir por la piquera, oyendo el zumbido de la colmena o viendo los cuadros de cría o los panales llenos de miel y polen. En resumen, observando la vida de la colmena y viendo que va bien.

La cosecha este año se ha realizado de manera artesanal y de forma un poco improvisada. Al comenzar el mes de agosto, coincidiendo con mis vacaciones, me pasé por la colmena y al levantar la tapa me encontré con que la colonia tenía mucha miel en el alza. Por miedo al enjambrazón y como todavía quedaba mucho mielatos del roble temía que me llenaran los cuadros quedándose sin espacio para poder seguir almacenando. Así es que decidí cosechar sin tener extractor ni ninguno de los útiles usados, sólo que unos cubos y poco más. Pensaba que dejando escurrir los panales sería suficiente pero mi decepción llego al ver que aquello no fluía, era demasiado espesa. Por lo que me ví obligado a "desarrollar una técnica mixta" entre el estrujado y escurrido; dejando la parte correspondiente a la lámina de cera estampada y destrozándo las paredes de las celdillas con mis manos (lavadas). El amasijo resultante lo dejé reposar una semana en recipientes de tal modo que los trozos de cera y las impurezas afloraron a la superficie quedando la miel limpia en al fondo.

El resultado han sido 4 kilos y medio de miel, para mi riquísima (ningún padre ve a sus hijos feos) y también para el resto a los que les he dado a probar. Tanto por su color oscuro, su gran densidad y su sabor nos encontramos ante una miel de bosque. Por su importancia relativa en la vegetación de los alrededores imagino que estará compuesta fundamentalmente de roble, castaño y brezo también zarza y no sé cuánto tendrá de piorno que es también muy abundante en las proximidades.

Con una cosecha tan escasa y tantos compromisos apenas si me he quedado con algo de esta primera miel pero ya vendrán otras con las que pueda "hartarme". Como sabía que iba a regalar gran parte la he envasado y etiquetado para darle un aspecto más atractivo, presentándola así de una forma que hiciera justicia a la calidad de la miel.



miércoles, 27 de junio de 2012

Cata de mieles

Este sábado he estado en un curso de cata de mieles. El curso se organizaba en Barco de Ávila y como por estas tierras no es habitual encontrar actividades relacionadas con la apicultura me ha parecido que había que apoyar esta iniciativa. Sobretodo cuando el curso se organiza con tanta profesionalidad y se imparte por alguien tan competente.
Me ha sorprendido la diferencia que puede haber entre unas mieles y otras. Lo primero que llama la atención es la gama de colores que van desde el amarillo paja hasta el marrón oscuro, pareciendo en el bote casi negro. Luego ya en la boca te das cuenta de que esta diferencia va más allá de lo visual y sin tener un paladar muy fino aprecias esos sabores de los distintos tipos de miel. No puedo decir que tras el curso sea capaz de distinguir cada uno de los tipos de miel, pues la cantidad de mieles es enorme y dentro de cada una de las mieles monoflorales existe una gran variabilidad, pero sí hay alguna de las mieles más comunes en España que se reconocen con relativa facilidad: como la de azahar, castaño, brezo, encina, la muy tradicional miel de la Alcarria ( la de espliego y la de romero).

lunes, 14 de mayo de 2012

Bajas invernales

Este domingo aprovechando, ya por fin, un fin de semana de buen tiempo hemos ido mi suegro Emilio y yo a ver qué tal han pasado las abejas el invierno. La falta de actividad en la piquera de una de las colmenas ya nos hacía sospechar lo peor, y el abrir la colmena no ha servido más que para comprobar lo que ya sabíamos. Una de las colmenas no había sido capaz de superar el prolongado invierno gredense. Es descorazonador ver una colmena muerta de hambre; miles de abejas en el fondo de la colmena mientras algunas de ellas aparecen metidas de cabeza en las celdillas, muertas mientras buscaban algo miel. Se te queda un sentimiento de saber que han muerto por una negligencia, por no proveerlas del alimento que les permitiese pasar el invierno. Muchas veces es por quitar demasiada miel a las abejas, pero en este caso teniendo en cuenta que eran unos enjambres tardíos, de junio, no les quité nada y confié en que lo que pudieran recoger sería suficiente para llegar a la primavera. Por lo visto la población era demasiado grande para el alimento almacenado. Así que murieron de lo que mueren las abejas que se quedan sin combustible en invierno, murieron de frío. La conclusión que he sacado es que para este invierno les pondré sí o sí alimento suplementario para evitar lo que me ha ocurrido este año. Después de limpiar la colmena de las abejas muertas, nos hemos ocupado de la colmena viva y le hemos abierto la piquera. Hemos aprovechado los panales de la colmena muerta poniéndoselos a esta colmena para facilitarles el trabajo y que no pierdan de ese modo tiempo y energía en estirar las láminas de cera. Además le hemos puesto el alza para que si nos demoramos en volver tengan sitio y láminas para estirar. Esta colmena viva tiene buena actividad viéndose entrar y salir abejas con el polen en las patas. Está empezando la floración del piorno serrano (Cytisus purgans) y del brezo blanco (Erica arborea), además de haber ya otras muchas florecillas como campánulas y compuestas. Esperemos que esta abundante floración ayude al despegue de la colmena.

lunes, 9 de abril de 2012

Calendario apícola

Si tus colmenas están situadas en la vertiente norte de la Sierra de Gredos, a más de 1300 m de altitud, puede ocurrir que en el mes de abril te encuentres con esta estampa.


No hace ni un año que tengo las colmenas y ya me he dado cuenta de que los calendarios de manejo de los colmenares están muy supeditados al lugar en el que se encuentran las colmenas. Ahora según algunos calendarios tendría que estar controlando la enjambrazón y yo todavía no he encontrado un fin de semana en condiciones para abrir las colmenas y ver que tal han superado el invierno porque si no es el agua, es el frío y si no... la nieve. Puede que sea que mi inexperiencia me haga tener un miedo excesivo a dañar las colmenas por el frío pero sabiendo que les puse en otoño 5 cuadros con cera en la cámara de cría para que estiraran y que la naturaleza a esta altura y en esta vertiente aún no se ha enterado de la llegada de la primavera no pienso que la necesidad de abrir las colmenas compensen el riesgo que asumo.

Otra planta más que añado a "mis favoritas", junto con el sauce, la lechetrezna (Euphorbia sp.). Son muy abundantes en la zona y ver sus flores entre la nieve es toda una bendición cuando el panorama se muestra tan duro para las abejas.

martes, 20 de marzo de 2012

Algo se mueve

Aprovechando el puente de San José me he pasado a dar un vistazo a las colmenas. Ha sido una alegría comprobar que las dos han superado el invierno. Las colmenas están a unos 1300m de altitud en pleno Parque Regional de La Sierra de Gredos, así es que allí hace frío de verdad y mi temor de que no tuvieran alimento para aguantar el invierno estaba más que justificado (pese a no haberlas quitado nada de miel). Eran enjambres que se pusieron a primeros de junio y tampoco tienen la fuerza de una colmena madura y consolidada.

Por la piquera entraban y salían de las dos colmenas algunas de las abejas más valientes, pues el día estaba con nubes y claros y todavía frío. Observando con detenimiento se veía en la tablilla de la piquera restos de polen, probablemente de los alisos, avellanos o sauces que ya empiezan a florecer.



Previendo que no iba a haber mucha actividad en la colmena y como tampoco pensaba abrirlas se ha venido además mi hermano Ángel mi sobrino Javier para que viese como entraban y salían las abejas. Con diferencia más que las abejas le gustó el traje, aunque le quedase un poco grande.

viernes, 24 de febrero de 2012

El refractómetro

En 2011 me debí de portar muy bien y los Reyes Magos me han traído un refractómetro. Este es el típico cacharro que si te regalan fenomenal porque no es barato y da un poco de cosilla compararse uno pues tampoco es imprescindible y su uso es limitado.

La miel se conserva por ser un líquido con una concentración muy alta de azúcar. Las abejas antes de sellar las celdillas con la miel comprueban que tenga una humedad óptima (la miel oscila entre el 16% y el 20% de humedad). Por tanto, si al cosechar la miel la mayor parte de las celdillas del cuadro que recogemos está sellado no tendremos peligro de que esta se nos estropee pero si tenemos dudas por no estar la mayor parte de las celdillas cerradas entonces el refractómetro nos será de utilidad proporcionándonos el porcentaje de agua que contiene la miel.

El refractómetro es un aparatito pequeño y de sencillo manejo que no necesita pilas.



Básicamente su funcionamiento es:

1.- Se pone una gota de miel sobre un cristal.
2.- Se mira hacia la luz por la lente del aparato, el cual marcará con una raya azul sobre una escala el nivel de humedad que la muestra contiene.



En la foto vemos que la muestra tiene un 16 % de agua.